Los organizadores profesionales revelan que la diferencia entre espacios caóticos y tranquilos no se trata de minimalismo, sino de sistemas intencionales. Mucha gente supone que un hogar ordenado requiere disciplina extrema o falta de pertenencias, pero los expertos dicen que la clave está en hábitos simples. Esto no es sólo para quienes luchan contra el desorden; Incluso los hogares bien organizados se benefician del conocimiento profesional.
Todo tiene su lugar
El consejo más constante de los organizadores es que cada artículo debe tener un “hogar” designado. Esto no se trata sólo de estética; se trata de funcionalidad. Como explica la organizadora Olivia Parks, un sistema claro hace que sea más fácil para todos mantener el orden: “Cuando un artículo tiene un ‘hogar’ designado, se crea un sistema que puede seguir el individuo o toda la familia, de modo que todos sepan dónde pertenece y dónde encontrarlo cuando sea necesario”.
La intención detrás de estas “casas” es crucial. La organizadora Lenora O’Keith enfatiza que la ubicación bien pensada agiliza la vida diaria: “Cuando te detienes a considerar cómo funcionas realmente en tu espacio, es fácil darles a las cosas ‘hogares’ que te permiten encontrarlas rápidamente y guardarlas cuando termines de usarlas”.
Las superficies permanecen despejadas
Las superficies planas (mostradores, mesas, escritorios) tienden a convertirse en imanes para el desorden. Las casas funcionales priorizan mantener estas áreas despejadas de forma predeterminada. La organizadora Amanda Rivera señala que si bien estos espacios se utilizan naturalmente para múltiples propósitos, una rutina rápida de “cerrar las compras” antes de acostarse puede evitar la acumulación. Esto significa dedicar sólo unos minutos a limpiar las superficies cada noche para mantener el orden.
La calma visual importa
La sobreestimulación causada por el desorden visual puede afectar el bienestar, incluso si no te das cuenta. Las casas funcionales no necesariamente significan una decoración minimalista, pero evitan exhibiciones abrumadoras. O’Keith aclara: “Algunas personas confunden ser organizado y ordenado con una estética minimalista. Si bien es cierto que muchos minimalistas se organizan simplemente debido a la falta de elementos, lo que resulta en una falta de desorden, aún puedes estar organizado y tener un hogar lleno de pertenencias que te encantan”. El truco consiste en seleccionar cuidadosamente, en lugar de mostrar colecciones aleatorias.
Las devoluciones se procesan inmediatamente
El auge de las compras online ha creado una nueva fuente de desorden: los paquetes de devolución. Los organizadores consideran que una casa funcional es aquella en la que las devoluciones se manejan con prontitud. Rivera incluso ofrece esto como un servicio, porque las devoluciones retrasadas a menudo terminan en un desorden inútil. Ella afirma: “Encuentro que mis clientes que tienen hogares funcionales, tranquilos y organizados devuelven sus paquetes… desperdician menos, recuperan su dinero y se aseguran de conservar en su hogar solo artículos que tengan un lugar y un propósito”.
El espacio no está maximizado
Tratar de meter demasiado en un espacio a menudo conduce al caos. Los organizadores profesionales abogan por el orden para evitar abrumar una casa. Parks explica que la comodidad es clave: “Cuando una casa no tiene más espacio de lo que el espacio puede acomodar cómodamente, las pilas o rincones de desorden no tienden a acumularse, y su casa será más fácil de limpiar, administrar y mantenerse organizada”.
Las zonas de caída están controladas
Las entradas tienden a convertirse en vertederos de zapatos, abrigos y bolsos. Las casas funcionales utilizan “zonas de caída” de manera efectiva, pero las mantienen restringidas. Rivera sugiere limitar los artículos a uno o dos pares de zapatos y algunas chaquetas por miembro de la familia. Más que eso, el espacio rápidamente se vuelve caótico.
El principio fundamental no se trata de la perfección, sino de establecer rutinas y sistemas que hagan que sea más fácil vivir en un hogar. Estos pequeños hábitos, aplicados consistentemente, son lo que separa los hogares funcionales de aquellos que se sienten perpetuamente desordenados.

























