Las cocinas pequeñas no tienen por qué resultar abarrotadas. El uso estratégico del color puede ampliar visualmente incluso los espacios de cocina más compactos, haciéndolos parecer más luminosos, aireados y funcionales. Hablamos con tres diseñadores de interiores para descubrir sus principales recomendaciones de colores para maximizar la ilusión de espacio en cocinas pequeñas y el razonamiento detrás de sus elecciones.

El poder de los blancos cálidos

Los tres diseñadores estuvieron de acuerdo unánimemente: los tonos cálidos y blanquecinos son la base para una cocina pequeña con sensación de amplitud. La diseñadora Jacqueline Gonçalves enfatiza que “un blanco cálido con solo un toque cremoso es perfecto para paredes y techos… Refleja la luz natural maravillosamente, ayuda a abrir el espacio y combina prácticamente con cualquier color de acento”. Esto no es sólo preferencia; los blancos cálidos evitan la dura sensación clínica del blanco puro, que puede hacer que las habitaciones pequeñas parezcan más pequeñas.

Verdes y grises apagados: el arte del color en retroceso

Más allá del blanco, los diseñadores prefieren los verdes y grises apagados. Estos tonos, particularmente aquellos con matices grises, “retroceden visualmente”, como explica la diseñadora Sarah Saab. Como reflejan menos luz, minimizan el desorden visual y crean una sensación de transpirabilidad.

Gonçalves sugiere utilizar estos tonos para los gabinetes, especialmente cuando se combinan con blancos cálidos y tonos de madera natural. La clave es bajo contraste : evitar cambios de color discordantes que dividan el espacio.

Azules claros a medios tonos: ligereza y contraste

Karen Germond defiende los azules claros y medios para cocinas pequeñas. Estos tonos introducen una sensación de ligereza, especialmente cuando se contrastan con el blanco. “La combinación de azul y blanco en las cocinas, especialmente en las más pequeñas, crea un contraste suave y agradable que no abruma el espacio”, señala.

Este enfoque funciona porque el azul evoca el cielo y el agua, expandiendo naturalmente los límites percibidos de la habitación. Combinar gabinetes azules con paredes blancas es una estrategia particularmente efectiva.

Neutros terrosos: tonos hongos y masilla para la cohesión

Para los gabinetes en espacios reducidos, Saab suele elegir tonos champiñón o masilla. ¿Su consejo? Evite esquemas de alto contraste. “Las cocinas de alto contraste se fotografían bien, pero en persona, la marcada ruptura entre la luz y la oscuridad hace pedazos la habitación”. En cambio, combinar tonos de gabinetes y paredes con valores de reflectancia de luz similares crea un flujo continuo, engañando al ojo para que perciba más volumen.

Grises fríos para cocinas con mucha madera

Si su pequeña cocina tiene madera teñida (suelos, armarios), Gonçalves recomienda grises de tonos fríos para las paredes. Combinada con molduras de color blanco cremoso, esta combinación complementa la madera manteniendo el brillo. Este enfoque evita una estética desordenada o demasiado cálida.

En esencia, la clave para hacer que una cocina pequeña parezca más grande radica en la elección de colores que maximicen el reflejo de la luz, minimicen el contraste visual y creen una sensación de fluidez. Al optar por blancos cálidos, verdes apagados, azules suaves o neutros terrosos, puede transformar un espacio reducido en una cocina funcional y acogedora.