Los deshumidificadores son héroes del invierno, ya que absorben incansablemente la humedad del aire y mantienen a raya el moho. Pero si bien estas aguas grises pueden parecer un útil limpiador multiuso, los expertos advierten que usarlas para ciertas tareas en realidad puede hacer más daño que bien. Esto es lo que debe evitar y por qué.
Agua deshumidificadora: no es el H2O de todos los días
Es importante recordar que el agua del deshumidificador no se destila ni se purifica como el agua que bebe o usa en su plancha. Recoge la humedad del aire, lo que significa que puede contener un sorprendente cóctel de partículas diminutas, desde ácaros del polvo y polen hasta residuos metálicos y oligoelementos.
Si bien algunas plantas de interior resistentes pueden tolerar esta “agua gris”, usarla en determinadas superficies o para tareas específicas puede provocar problemas que van desde rayas antiestéticas hasta daños potenciales.
1. The Edible Garden: Di no a las gotas deshumidificadoras
¡Ni se te ocurra regar tus verduras para ensalada con agua deshumidificadora! Si bien está bien usarlo en plantas no comestibles, los contaminantes potencialmente dañinos en las aguas grises podrían terminar en los tomates o la albahaca.
2. Limpieza de la cocina: una receta para los problemas
A pesar de su potencial de limpieza, el agua deshumidificadora no es adecuada para desinfectar áreas de preparación de alimentos. Las cocinas exigen un mayor nivel de higiene porque incluso pequeñas cantidades de bacterias o esporas de moho pueden suponer un riesgo. Limítese al agua del grifo con jabón para platos o un limpiador de cocina específico para las superficies en las que prepara la comida.
3. Superficies porosas: cuidado con las manchas
Las impurezas ocultas del agua deshumidificadora pueden filtrarse en materiales porosos como piedra natural, madera sin sellar y cuero, provocando manchas, decoloración, grabado o incluso deformaciones con el tiempo. Piénselo de esta manera: ¿qué pasaría si derramara un poco de agua fangosa del estanque sobre su encimera de mármol? El mismo principio se aplica aquí.
4. Día de lavandería: el agua del deshumidificador no debe lavarse
El agua del deshumidificador puede albergar bacterias y moho, y potencialmente transferirlos a la ropa. Las bobinas de metal dentro de algunos deshumidificadores pueden incluso filtrar pequeñas partículas al agua que podrían causar decoloración o daños a las telas. Cíñete a los detergentes tradicionales para lavar la ropa.
5. Cuidado personal y de mascotas: omita este por completo
El agua del deshumidificador no debe entrar en contacto con la piel, especialmente con áreas delicadas como el trasero de un bebé. Y definitivamente está prohibido el baño de mascotas. El potencial de irritación o enfermedad de la piel debido a los microorganismos presentes en las aguas grises simplemente supera cualquier beneficio percibido.
6. Brillo de espejo: las rayas son inevitables
Los espejos y las superficies de vidrio anhelan una perfección sin rayas, algo que el agua deshumidificadora no puede proporcionar. Esas molestas impurezas que lleva inevitablemente dejan rayas o películas turbias, frustrando por completo el propósito de la limpieza.
Mejores alternativas: Para las tareas de limpieza diarias de su hogar, utilice agua destilada, agua filtrada o agua corriente mezclada con un limpiador de buena calidad.
Los deshumidificadores son valiosos aliados para combatir la humedad, pero comprender sus limitaciones nos ayuda a utilizarlos de forma segura y eficaz.
